jueves, 18 de junio de 2009

Primer encuentro con la Casa de campo

Habitualmente entreno cerca de mi barrio, a muy poca distancia puedo llegar al carril bici y desde allí, dependiendo del día, acabar en el parque Juan Carlos I.
Hace un par de meses, con un amigo del messenger había quedado para ir a la Casa de campo, de Madrid, para comprobar que tal se puede hacer ciclocross allí. Esta especialidad es la que me gusta y en Madrid capital no existe sitio cerca para practicarlo. Siempre debes coger el coche e irte alguna zona de la Comunidad para hacerlo.

Me decidí a probar en la Casa de campo, ya que, sabía que era un lugar de fácil acceso desde el cercanías o metro y sin necesidad de coger un coche. Pero, ya sabemos que ir solo es aburrido y si lo haces en compañía suele ser mas gratificante en todos los sentidos.

Quedé a media mañana de hace dos meses, frente al campo del moro, a lo lejos llego mi colega del messenger en su bici. Era la primera vez que nos veíamos en persona y no sabía que tal nos iría. No estaba mal el muchacho, buenas piernas y tan vicioso como yo, como pude comprobar después.

Desde allí bajamos hacía la entrada de la Casa de campo, están en obras y debes atravesarlas por una zona limitada para ello. Una vez dentro me deje guiar por él. Llegamos al lago y lo rodeamos por su franco derecho, pasando prostitutas,jardineros,clientes y paseantes. Llegamos al comienzo del Paseo de los plátanos y desde allí, a escasos 300m, nos desviamos hacía la derecha dirección NO, por un camino de tierra. Pude comprobar que para el ciclocross la Casa de campo era un buen lugar de entrenamiento.

Mi colega no coge la bici mucho y le notaba cansado, cuando llegamos a un lugar donde suele estar con sus colegas en verano, tomando el sol, eso me dijo, nos paramos. El quiso ponerse más cómodo y se quito el pantalón que llevaba. Comprobé que llevaba un suspensorio. Yo le dije que con el culotte que llevaba siempre iba con mis suspensorios. Noté como el suspensorio blanco que llevaba se iba agrandando, y supe que necesitaría ver los míos para quitarse la curiosidad de la cabeza. Me baje el culotte lo suficiente para que lo viera. Y sin mediar palabra paso su mano por mi entrepierna, haciendo que mi miembro ampliara su tamaño.

Él quería quedarse allí, pero, yo quería inspeccionar el lugar para cuando fuera solo a entrenar. Comprobar los lugares que había leído en blog de ciclismo,donde indican los mejores caminos de entreno de la Casa de campo. El acepto y buscamos el camino de los pinos. Este camino asfaltado lleva al aparcamiento del Teleférico, y es muy utilizado en las rutas ciclistas de la Casa de campo, junto con el de Garabitas. A ratos teníamos que ir parando porque es una subida, aunque con poca pendiente, no fácil para alguien que no entrena habitualmente. Una vez llegamos junto al aparcamiento del Teleférico la subida se reduce y se empieza a descender levemente. Algo que ayudo a mantener una marcha continua.

Al llega al cruce con la carretera de la Ciudad Universitaria comenzamos a buscar un buen lugar para hacer una parada, poder descansar y quitarnos el calentón que llevábamos desde nuestro magreo de suspensorios hacía 30 minutos antes. Mi colega encontró un lugar entre matorrales, con algo de césped. Ahora, en tiempo de calor el terreno está muy seco y necesitas una manta o toalla para poder tumbarte. En el mes de Abril suele tener una buena capa verde y no hace falta.
apoyé mi nena (la bici) en el suelo con cuidado, y mi colega ya tenía los calzones quitados y su polla sacada del suspensorio. Meneando su gordo miembro y por su capullo ya salía liquido preseminal. Nunca había visto a nadie echar tanto como a él. Y eso que no le había tocado aún. Me acerque, me baje el culette hasta dejar a la vista mi suspensorio y mi paquete a la altura de su cara. Él sentado me agarró el paquete y empezó a lamer el suspensorio, agarrando con los dientes mi polla. Yo le agarré la cabeza para apretarlo contra mí. Me pone mazo mirar hacia abajo y ver una cabeza entre mis muslos.

Mirando al rededor vi que a lo lejos había un camino y de vez en cuando pasaba algún otro compañero ciclista o corredor. Me excitaba pensar que podían vernos y se uniera alguno más. Al poco rato me saco la polla y se la metió hasta los huevos, le apreté aún más la cabeza para notarla dentro de su boca. El cabrón no sabéis como la chupa. Aún no hemos vuelto a quedar, pero estoy deseando hacerlo. Yo de pie y el de rodillas meneándose la polla, echando cada vez más líquido preseminal. Pensaba que se había corrido, imaginaros la cantidad que expulsaba. Me cansé de estar de pie y me tumbé sobre el suelo. El siguió mamando, mientras yo le sobaba sus huevos y polla, notándola bien dura. El cabrón estaba bien cachondo y eso me gusta. No tardo en correrse, pero yo aguantaba. No iba a correrme en 5 minutos. Después de un entrenamiento uno tiene que relajarse lentamente. Me deje chupar un buen rato. Pasado los 20 o 25 minutos solté toda mi leche.

Quise penetrarle,pero me dijo que al ser bastante gruesa mi polla no se atrevía a metérsela.Una pena, había llevado condones para la ocasión. Una vez terminamos, nos quedamos un rato descansando y retomamos el entreno. esta vez de camino a la salida por el mismo recorrido que la ida.

No estuvo mal mi primera experiencia de entreno en la Casa de campo. Desde entonces he vuelto tres veces más, y cada vez he tenido un buen tiempo de relajación, finalizado el entrenamiento. Pero esas son otras historias y ya las contaré más adelante.

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